consigna de teórico: ¿quién cree a janet cooke?

CONSGINA:

En este enlace van a encontrar un artículo de Gabriel García Márquez publicado en el diario El País en abril de 1981 a propósito del escándalo en torno de la crónica "Jimmy´s World" de Janet Cooke. Les propongo que lo lean y discutan los supuestos sobre los que se apoya la argumentación de García Márquez. ¿Qué opina sobre la relación entre literatura y periodismo? ¿Qué papel juega la verdad en la obra de arte y en el discurso periodístico? ¿Qué opinan ustedes sobre la posición sostenida en el artículo?


Primero: esta fue probablemente uno de mis casos favoritos de lectura, me mantuvo enganchada en todo momento.

Segundo: no es tan simple como parece.

Cuando en la clase fue mencionado el escándalo en torno a la crónica “Jimmy’s World”, de Janet Cooke, enseguida pensé en blanco y negro; está mal mentir en medios de comunicación periodísticos, que dependen en su veracidad para su formalidad. Pero el artículo de García Márquez me hizo ver las cosas un poco diferente. El autor introduce el caso de Cooke como exponente de un periodismo sin antecedentes, que llega a extremos de “manipulación y falsedad” que la historia estadounidense considera peligrosa. Hablando de ética y política, García Márquez describe la “audacia” de Cooke, pero más allá de eso abre una conversación acerca de la relación entre literatura y periodismo. Opina que, al entablar dicha charla, es necesario primero preguntarse por la verdad esencial del relato—para un novelista, se trata de una realidad que “podría ser” pero, para un periodista, esta realidad no “podría ser” ni “debe ser”, sino que simplemente “es”. El periodismo se basa en la verdad que puede ser comprobada como hechos factibles, y García Márquez dice que un sólo dato falso o dudoso desvirtúa al resto, por más verdaderos que sean. Al contrario, en la ficción se puede ver hasta un nuevo mundo, una construcción de realidad que no existe pero que, con tan sólo un dato verdadero, hace creer lo falso. García Márquez advierte sobre la fragilidad de aquella línea de demarcación invisible entre periodismo y literatura, sosteniendo que lo de Cooke pudo haber sido merecedor de todo premio si tan sólo hubiese sido representado como lo que era: un relato, una novela. Y la verdad es que estoy de acuerdo con él: por más que no esté bien mentir en medios que todos se supone que confían (periodismo), inventar una realidad alternativa en un medio construido para eso mismo (literatura) es enteramente válido, y hasta puede llegar a tener los mismos efectos de veracidad que el propio periodismo, si es realizado de manera correcta. Lo de Cooke pudo haber sido una transformación iluminadora que el mundo político lleno de desigualdades y destrezas necesitaba, pero en vez terminó siendo una deshonra periodística que trajo más foco al escándalo que a la realidad de Jimmy, una realidad que no era, pero que pudo haber sido.



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