Siempre fui mucho de escribirlo todo y muy poco de ponerme a pensarlo. Desde chiquita, cada vez que me sentÃa abrumada o con el cerebro más pesado de lo que mi cabeza podÃa aguantar, un papel y una lapicera eran lo único que necesitaba para pasar todo lo que bailaba por mi mente a escrito, y asà fui construyendo sin darme cuenta una relación inquebrantable entre la escritura y yo misma.
Escribo en las notas de mi celular, en una servilleta de una cafeterÃa nueva que querÃa probar pero no me terminó gustando tanto, en la palma de mi mano aunque sé que se va a borrar. Para mÃ, creo que se trata más sobre darle libertad a mis pensamientos, sobre utilizar a la escritura como recurso de bienvenida a todo lo que pasa por mi cabeza cuando estoy ocupada o cuando estoy relajada o cuando tengo un millón de cosas en mente y lo último que deberÃa hacer es escribir por qué creo que hay vida en otros planetas. Se trata de eso: escribir es, desde mis ojos, darle rienda suelta a aquello que sino se queda encerrado, construir una estructura alrededor de un sinfÃn de pisos desordenados, alejarme un poquito de mà misma y disociarme en mis palabras. A veces paso semanas sin hacerlo y a veces no puedo pasar un sólo dÃa sin quejarme de mis hermanas en medio de mis apuntes de historia, pero lo que vale es que siempre vuelvo. La escritura serÃa una de mis islas centrales si estuviéramos en Intensamente, y nunca voy a dejar que se derrumbe.
Desde cuentos sobre copos de nieve que no se quieren derretir hasta textos argumentativos sobre la legalización de la eutanasia, ni siquiera yo conozco bien el rango de temas que más me gusta. Lo cierto es que escribo porque quiero, porque me gusta, porque necesito. Escribo no sólo cuando no sé la mejor manera de expresarme sino también cuando de repente en medio de la calle se me ocurre una frase que no me puedo arrancar de la cabeza asà que llego a casa y me sale el primer capÃtulo de una historia de ficción que muy probablemente no voy a volver a tocar en mi vida (dije que era buena escribiendo, no siendo persistente con mi escritura). Escribo porque a veces es la única forma que se me ocurre de explicarle a mis seres queridos cómo me siento, y porque a veces es el mejor método de gastar tiempo cuando quiero seguir dejando de lado mis responsabilidades, y porque soy fanática de las discusiones pero a veces nadie quiere escucharlas asà que escribir mis argumentos es mejor a que se queden tirados por ahÃ. Escribo porque me hace sentir mejor, porque me hace portarme mejor, porque me hace quererme más. Escribo porque es parte de quién soy.
1 Comentarios
Hola Pilar!! QuerÃa que sepas que pase por tu blog, y quede fascinada. Me sorprendà al ver que saliste de lo básico y fuiste en busca de una plataforma diferente a la de todos para crear tu blog, que por cierto esta genial, me encanta la forma en la que esta organizado.
ResponderBorrarPor otro lado, querÃa decirte también que me parece realmente hermosa la manera en cual escribÃs y le das prioridad a tus pensamientos al explayarlos en un papel, o en cualquier superficie que tengas a mano para poder darles vida.
Te felicito por la fantástica creación que lograste, seguà asÃ.