consignas de cartas: pocahontas le escribe a floricienta

 CARTA QUE FLORICIENTA LE MANDA A POCAHONTAS (escrito por Martina Sarría):

Querida mejor amiga Pocahontas:

Te escribo esta carta para encontrarnos en ese bosque al que vas siempre lleno de hermosos lagos, animales tan dulces, entre otras tantas cosas apreciables. Me encantaría visitarte con la esperanza de que podamos seguir nuestra charla de nuestros imposibles rubios, se me ocurrió un plan que te va a erizar la piel. Por supuesto, este va a ir en contra de todo el universo el cual se esfuerza para empujarnos lejos de ellos, pero no va a ser así. Te acordas el ejemplo que siempre te cuento de mi madre Margarita? Todos ponian sus mejores esfuerzos porque no tenga un amorío con mi padre debido a las diferentes clases sociales y ella decidió seguir adelante, logró enamorarlo y que sea su amor. Nuestros casos son un 95% similares al de mi madre Pocahontas, no hay mal que dure cien años, te lo digo de verdad, desde el corazon.

Con amor, Floricienta



CARTA QUE POCAHONTAS LE MANDA A FLORICIENTA:

Querida Floricienta,

Ansío que veas mi bosque verde de árboles y rosa de esperanza, que nades en mis lagos reflejantes y hables con los animales de mi infancia. Quiero verte ser una con la tierra, bailando entre ramas de sauces y riendo sobre líos que no son nuestros. No hay nada más que quiera, Floricienta, que me visites en mi hogar, donde quiero estar siempre, donde no me puedo cansar. Pero esos planes que decís, amiga mía, de rubios imposibles y planes dignos de erizar nuestras pieles, tendrán que ser sólo para tu príncipe azul, alejado de vos por el universo pero traído de vuelta por esfuerzos de amor. Visitame, amiga, visitame, y hablamos de tu gran alma gemela, porque la tuya sí corresponde y sí vale la pena—la mía, lamentablemente, se hace cada vez más transparente, y cada día me doy más cuenta de que, en vez de amor, para él era cuestión de conveniencia (¿a qué colonizador no le sirve, después de todo, una chica nativa que lo defienda?). No me rindo, Floricienta: sólo me doy cuenta que hay "amores" por los que no vale la pena perderlo todo, sobre todo si ellos son los que te lo roban. Pero el tuyo, ese príncipe del que me contás, alejado por el destino travieso pero siempre ahí para vos... ese es un verdadero amor. Y no hay forma de que no me lo cuentes en persona. Así que vení a mi bosque, Floricienta, a nadar en los lagos y bailar entre las hojas y reír con los animales pero, sobre todo, a hablar entre nosotras. Lo necesitamos, ¿no?

Te espero, amiga mía.

Con amor (y desamor, aunque ya pronto se curará solito),
Pocahontas



SEGUNDA CARTA QUE FLORICIENTA LE MANDA A POCAHONTAS (escrito por Martina Sarría):

    Pocahontas,

    Recibí tu carta hace unos pocos días. Disculpame decirte esto pero se me re parte el alma con cada palabra que decís, el amor no debería ser tristeza y algo platónico. Estoy segurísima que por muchas diferencias que existan entre sus familias y hagan su amor tan imposible como Romeo y Julieta, él te querrá desde lo lejos, desde lo más profundo de su corazón por toda la eternidad, hasta el infinito y más allá y le estará hablando a sus haditas todo el tiempo sobre vos. Podes revertir esto Pocahontas, no lo dejes volando en el aire como esa historia que siempre le cuento a mis chiquitos antes de que vayan a dormir. Trata sobre un amor que nunca llegó a ser, ambas personas se tuvieron cariño para toda la eternidad, pero me entristece muchísimo que esto podría haber sido diferente de no ser por que ambos dejaron actuar al destino en vez de a sus propios corazones. Te la cuento porque cada vez que la relato me acuerdo de vos y toda tu historia, super loco no?


"En 1607, llegaron a Virginia ingleses colonizadores, entre ellos el capitán, mercenario, pirata, explorador y escritor John Smith. Mientras los colonos se establecían eran vigilados por los nativos del lugar: los Susquehanna y los Algonquinos.
La historia comienza cuando John Smith es apresado  por los powhatan; éste iba a ser ejecutado cuando Matoaka, hija mayor de Wahunsenacawh, jefe de la confederación algonquina y líder de la tribu Powhatan, salvó su vida al cubrir su cabeza con sus brazos. A partir de este momento comenzó una amistad entre ambos.
En 1613 la niña fue capturada por Samuel Argall con el objetivo de intercambiarla por los prisioneros ingleses. En este ínterin, un colono viudo llamado John Rolfe le pidió la mano y se casaron el 5 de Abril de 1614, su unión sirvió para que las partes en conflicto formaran la paz
En 1616 Matoaka, su marido y su hijo viajaron a Londres, donde se enteró que John Smith aun seguía vivo. Smith no se encontró con ella durante su estancia en Londres, pero sí conoció la noticia de su llegada, por lo que escribió una carta a la Reina para que fuese tratada con el respeto de un visitante de la realeza.
El 21 de marzo de 1617, y con tan solo 22 años murió Matoaka en Gravesent víctima de una extraña enfermedad. John Smith murió soltero 14 años después de que muriera Matoaka, en 1631."


    Entiendo que no esté explícitamente este romance del que te hablo, pero no me podes negar que existía, Pocahontas, o no es verdad? Solo hace falta prestar atención a algunos puntos como que luego de algunos años ambos se tenían en mente y Smith se preocupó por que ella sea bien atendida. Además, él murió soltero, eso debía ser imposible porque según cuenta la historia era un rubio guapísimo, divino, galán, caballero, precioso, divino y todo lo que se te ocurra.
    Por favor Pocahontas, date la chance de escuchar mi gran plan para conseguir a los amores de nuestras vidas y después ves si realmente te interesa y te parece buena idea o no.

    Qué te parece?

    Te manda un abrazo enooooorrrrrrme, muchos besos, cariños, saludos y todo lo que quieras, Floricienta.



SEGUNDA CARTA QUE POCAHONTAS LE RESPONDE A FLORICIENTA:

    Amiga mía, querida Floricienta,

    Para mí, querida Flor, el amor es así: es sentarse en el silencioso bosque, entre las flores que decoran el suelo y las brisas que te cantan al oído, es abrazar a mi padre después de meses de ser arrancada de sus brazos, con lágrimas de emoción en los ojos (muy diferentes a las que derramaba fuera de mi hogar). El amor es alimentar a un pájaro más, acariciar una nueva cría del bosque, bailar entre las ramas de los sauces. Para mí el amor es esto y mucho más. Floricienta, muchas veces podemos tener ojos que brillan ante distintas luces, podemos ver el mundo de forma diferente, podemos pensar que es amor cuando en realidad es más manipulación que cariño vigente. La atemorizante calma de amar es, a mis ojos nativos, la más hermosa de todas.
    No me voy a sentar acá en esta roca mientras te niego que alguna vez amé al rubio del que hablas; lo cierto es que sí lo amé, lo amé muchísimo, pero ahora mi definición de amor ha evolucionado, y eso ya está muy lejos de serlo. Me di cuenta, como te dije cartas atrás, de que ningún colonizador usurpador de felicidad merece siquiera una pizca de mi corazón—¿vos acaso pensás diferente? ¿Pensás que, después de todo lo que me hizo, debería seguir amándolo? ¿Después de que me arrebate mis derechos, de que mate a mi comunidad, de que haga desaparecer poco a poco la misma esencia de mi espíritu? Si es así, dejame decirte, no sé qué tan amiga mía podes ser.
    El destino del que hablas, amiga mía, es mío propio: ya decidí hace mucho tiempo que nadie más que yo va a decidir lo que me merezco y lo que no. No quiero escuchar tu plan con el rubio que trato de borrar de mi memoria. No quiero escuchar tus ideas de cómo me lo puedo ganar de vuelta, porque no quiero ganármelo, porque ese hombre no es ningún premio, y sobre todo no quiero perderme a mí. No de vuelta.
    Esos cuentos de los que hablás son justamente eso, Floricienta, cuentos. ¿Desde cuándo los cuentos son más verdad que ficción? Y claro, pensar que porque murió soltero y guapo es prueba suficiente de que es un buen hombre, ¿no? Nuestros ojos difieren gravemente, amiga, y en esto no voy a ceder. Es más que mi destino, como vos decís. Es mi vida, es mi futuro. Soy yo.

    Con esta carta envío mi amor (del verdadero, Flor) hacia vos, y borro la tinta de mi pluma en el río de mi infancia. Así es como se siente estar enamorada, amiga. Sólo que, en vez de alguien que busca engañarme, me enamoré solita. Me enamoré de mí.

    Pocahontas



TERCERA CARTA QUE FLORICIENTA LE MANDA A POCAHONTAS (escrito por Martina Sarría):

 

Pocahontas por favorrrr!!! Finalmente me convenciste, tocaste mi pleno corazón cuando me dijiste que si eso es lo que quiero para vos, no soy tu verdadera amiga. Eso me hizo venir a la cabezota una idea GENIAL que se me acaba de ocurrir y te quería escribir para no olvidarme porque viste que yo soy un poquito como así despistada, medio loca que va de aca para alla de aca para alla y buenooo.... De hecho te cuento, me hiciste como odiarlo con todo mi corazón ahora. Yo no entiendo mucho eso de colonizadores y todo eso porque bueno nunca terminé el colegio asi que imaginate que en mi vida leí un sope, pero no importa, si vos no lo queres, yo lo odio entendiste? 

Se me ocurrió, se me ocurrió.. a que no te imaginas? Un mega plan que no es tan plan porque este plan no está del todo armadito, para vengarnos de eso de los derechos y eso que me contaste, viste? Bueno te contaba, podemos poner como una super soga requete gruesa asi fuerte que agarre hasta hasta em.. una casa y armar una trampita en esas maderas tremendas que hay por tu casa. De ahí le armamos una mentirilla piadosa de esas que ya conoces le hago siempre a mi rubio, ups.. jajjaa, y bueno le decimos que lo queres invitar a tipo un picnic algo asi viste, y resulta que pasa por nuestra trampita del árbol y la soga y PUM! queda ahí agarradito para que lo cacemos en una silla bien atado y molestarlo un buen rato. No es genial mi idea Pocahontas? Decí que sí, decí que si. 

 

Te ADORO amiga!!

 

Muchos besos, abrazos, saludos, mua mua mua





TERCERA CARTA QUE POCAHONTAS LE RESPONDE A FLORICIENTA:

Querida mía, Floricienta,

 

Parece que nuestras cabezas por fin se ven ojo a ojo, amiga mía. No sabes la alegría y el alivio que me inundó cuando leí tu carta, qué feliz fui al verme entendida por vos, Flor. Tu plan es magnífico, divertido y heroico a mi vista, así que acepto tu propuesta, amiga, vení a mi bosque y lo planeamos todo mejor. Gracias por ir más allá de tus propias ideologías y entender mis razones, por comprender que alguien que me hizo daño no debería ser alguien que mi amiga apoye. Una carta con pocas palabras, y sin embargo fueron miles de sentimientos los que me invadieron. Como Aristóteles decía (o al menos eso dicen), "la amistad es un alma que habita en dos cuerpos, un corazón que habita en dos almas"—y él nunca fue mi otra alma, amiga, siempre fuiste vos. Por casi nada y para casi siempre.

 

Con mucho amor y toda la fe que restableciste en este corazoncito que compartimos,

Pocahontas




0 Comentarios